martes, 18 de enero de 2011

Capítulo 13 de Awakened | PC & Kristin Cast

Stevie Rae
Traducido por Carlos


¡Oh, por el amor de la mierda! ¿Estás diciéndome que nadie ha llamado a Zoey?” Afrodita dijo.

Stevie Rae tomó a Afrodita por el codo y, con un agarre que era tal vez más firme del técnicamente necesario, la guío a la puerta del dormitorio de Damien. En la entrada hizo una pausa y ambas chicas miraron hacia la cama, donde Damien estaba aovillado con Duquesa y su gato, Cameron. Chico, perro, y gato habían finalmente, hace unos pocos minutos, caído en un sueño inducido por la pena y el agotamiento.

Silenciosamente, Stevie Rae apuntó su dedo de Afrodita hacia el vestíbulo. Afrodita se mofó. Stevie Rae se cruzó de brazos y se plantó. “Afuera,” ella articuló, “ahora.” Luego ella la siguió hasta afuera del cuarto y cerró la puerta suavemente detrás de ellas. “Y mantén tu maldita voz baja aquí afuera, también,” Stevie Rae susurró ferozmente.

“Bien. La mantendré baja. ¿Jack está muerto y nadie ha llamado Z?” Ella repitió su pregunta, mucho menos escandalosa.

“No. Exactamente no he tenido tiempo. Damien ha estado histérico. Duquesa ha estado histérica. La escuela es un maldito alboroto. Soy la única jodida Alta Sacerdotisa que no está, supuestamente, encerrada en su cuarto rezando o lo que sea, así que he estado ocupada tratando con la tormenta de mierda de por aquí y el hecho de que un chico realmente agradable acaba de morir.”

“Sí, lo entiendo y estoy triste, también, y todo, pero Zoey necesita venir y venir ahora. Si estabas demasiado ocupada para hacerlo, entonces deberías haber dejado que uno de los profesores la llamara. Mientras más pronto ella sepa, más pronto ella estará en camino hacia aquí.”

Darius se apresuró hacia ellas y tomó la mano de Afrodita.

“Fue Neferet, ¿cierto? Esa perra mató a Jack,” Afrodita le preguntó.

“No es posible,” Darius y Stevie Rae dijeron juntos. Stevie Rae le lanzó a Afrodita una molesta mirad de te lo dije mientras Darius procedía a explicar.
“Neferet estaba, de hecho, en la Reunión del Concejo de la escuela cuando Jack se cayó de la escalera. No sólo Damien vio caer a Jack, sino otro testigo corroboró el tiempo. Drew Partain estaba cruzando los alrededores cuando oyó la música que Jack estaba cantando. Él dijo que sólo escuchó parte de la canción porque el reloj de la campana en el Templo de Nyx empezó a repicar a la medianoche, o al menos eso fue el por qué él pensó que no escucho más la voz de Jack.”

“Pero realmente eso fue cuando Jack murió,” Stevie Rae dijo, su voz era dura y plana porque esa era la única manera en que podía evitar sonar tan temblorosa como se sentía.

“Sí, el cronometraje es correcto,” Darius dijo.

“¿Y están seguros de que Neferet estaba en la reunión en ese entonces?” Afrodita dijo.

“Oí el going[1] del reloj mientras ella hablaba,” Stevie Rae dijo.

“Todavía no creo ni por un instante que ella no esté detrás de su muerte,” Afrodita dijo.

“No estoy en desacuerdo contigo, Afrodita. Neferet es más resbaladiza que la mierda gallina en un tejado de cinc, pero los hechos son los hechos. Ella estaba delante de todos nosotros cuando Jack cayó de esa escalera.”

“Vale, en serio, eew con tus analogías pueblerinas. ¿Y qué hay de toda esa cosa de la espada? ¿Cómo diablos pudo ser ‘accidentalmente’—ella abrió comillas en el aire—casi cortando su cabeza?”

“Las espadas se deben colocar con la empuñadura hacia abajo, repito. Dragón le explicó eso a Jack. Mientras el chico caía sobre la hoja, la empuñadura fue enterrada en la tierra, empalándolo. Técnicamente, pudo haber sido un accidente.”

Afrodita pasó una temblorosa mano a través de su cara. “Eso es horrible. Realmente horrible. Pero no fue un maldito accidente.”

“No pienso que alguno de nosotros crea que Neferet es inocente de la muerte del chico, pero lo que creemos y lo que podemos probar son dos cosas diferentes. El Alto Concejo ya ha decretado una vez a favor de Neferet y, básicamente, en contra de nosotros. Si vamos a ellos con más suposiciones y ninguna prueba de sus maldades, sólo nos desprestigiaremos más a nosotros mismos,” Darius dijo.

“Lo pillo, pero me molesta,” Afrodita dijo.

“Nos molesta a todos,” Stevie Rae dijo. “Mal. Realmente mal.”
Captando el borde inusualmente duro en la voz de Stevie Rae, Afrodita levantó una ceja hacia ella. “Sí, y vamos a usar algo de esa molestia para patear a esa vaca del infierno fuera de aquí de una vez por todas.”

“¿Cuál es tu idea?” Stevie Rae dijo.

“Primero, traer el trasero vacacional de Zoey de regreso aquí. Neferet odia a Z. Ella se arrojará contra ella—siempre lo hace. Sólo que esta vez todos observaremos, esperaremos y obtendremos pruebas que ni siquiera el adorado Alto Concejo de Neferet será capaz de ignorar.” Sin esperar una respuesta de cualquiera de ellos, Afrodita sacó su iPhone de su bolso metálico de Coach, tecleó su código, y dijo, “Llamaré a Zoey.”

“Yo iba a hacer eso,” Stevie Rae dijo.

Afrodita rodó sus  ojos. “Lo que sea. Tú eres muy. Malditamente. Lenta. Además, eres malditamente demasiado agradable. Lo que Z necesita es una gran dosis de organiza-toda-tu-mierda-y-haz-lo-correcto. Soy la chica que ella necesita.” Ella hizo una pausa, oyó, y rodó sus ojos otra vez. “¡Es su asqueroso buzón de voz de Disney Channel—diciendo: ¡Hey Chicos! Déjenme un mensaje y tengan un asombroso día,” Afrodita dijo en una voz súper—burbujeante. Ella tomó aliento, esperando el pip.

Y Stevie Rae agarró el teléfono de su mano, hablando rápidamente. “Z, soy yo, no Afrodita. Necesito que me llames apenas escuches esto. Es importante.” Ella tecleó el botón de fin para colgar y se enfrento a Afrodita. “De acuerdo, vamos a dejar algo realmente en claro. Solo porque trato de ser un ser humano decente, no quiere decir que soy demasiado agradable. Es muy malo lo que le paso a Jack. Enterarse de ello por un mensaje es súper, súper malo. Además, no creo que sea una buena idea enloquecer a Zoey así, especialmente poco después de que su alma haya sido despedazada.”

Afrodita le arrebató el iPhone a Stevie Rae. “Mira. No tenemos tiempo para ir de puntillas alrededor de los sentimientos de Zoey. Ella necesita ponerse sus bragas de Alta Sacerdotisa mujer y tratar con ello.”

“No, tú mira.” Stevie Rae dio un paso adelante en el espacio personal de Afrodita, haciendo que Darius automáticamente se moviera más cerca de ella. “Z no necesita ponerse las bragas de Alta Sacerdotisa. Ella es una. Pero ella ha estado atravesando la perdida de alguien que ama. Eso es algo que obviamente tú no entiendes. Velar por sus sentimientos ahora mismo no se trata de mimarla. Se trata de ser su amiga. A veces todos simplemente necesitamos un poco de protección de nuestros amigos.” Ella miró a Darius, negando con la cabeza. “No, eso no quiere decir que necesites proteger a Afrodita de mí. Jolines, Darius, ¿qué te pasa?”

Darius atrapó y sujetó su mirada. “Por un momento tus ojos resplandecieron de rojo.”

Stevie Rae cuido que su expresión no cambiara. “Sí, bueno, no estoy sorprendida. Mirar a Neferet marcharse sin pagar alguna consecuencia por lo que le sucedió a Jack ha sido bastante difícil para mí de tomar. Sentirías lo mismo si hubieras estado aquí y verla irse.”

“Imagino que lo haría, pero mis ojos no resplandecerían de rojo,” Darius dijo.

“Muere y no-muere y después hablamos sobre ello,” Stevie Rae dijo. Ella se volvió hacia Afrodita. “Tengo cosas que hacer mientras Damien está durmiendo. ¿Tú y Darius se van a quedar aquí y mantener un ojo sobre él? Ni por un mínimo segundo voy a creer que Neferet está realmente encerrada en su cuarto rezándole a Nyx por el resto de la noche como si ella quisiera que todo el mundo le crea.”

“Sí, nos quedaremos,” Afrodita dijo.

“Si él despierta, se agradable,” Stevie Rae dijo.

“No seas pendeja. Por supuesto que seré agradable.”

“Bien. Estaré de regreso muy pronto, pero si necesitas un descanso, llamen a las Gemelas y ellas los relevaran.”

“Como sea. Adiós.”

“Adiós.” Stevie Rae se apresuró por el vestíbulo, sintiendo la mirada cuestionadora de Darius siguiéndola con una intensidad que era como un peso físico. ¡Tengo que dejar de permitir que Darius me haga sentir culpable! se dijo a sí misma brutalmente. No he hecho nada malo. ¿Y que si mis ojos resplandecen de rojo cuando estoy enfadada? No tiene nada que ver con el hecho de que he Imprimado con Rephaim. Lo dejé. Esta noche lo ignoré. Sí, tengo que encontrarlo y preguntarle qué diablos sabe sobre lo que le pasó a Jack, pero no porque yo quiera. Sino porque tengo que. Ella se dijo esa gran y vieja mentira silenciosamente a sí misma, y estaba tan distraída en sus pensamientos que casi se choca con Erik.

“Hey, uh, Stevie Rae. ¿Está bien Damien?”

“Bueno, ¿tú qué piensas, Erik? Su novio que amaba acaba de morir de una forma realmente horrible. No, él no está bien. Pero está durmiendo. Finalmente.”

“Sabes, no tienes que ser así. Realmente estoy preocupado por él, y me preocupé por Jack, también.”

Stevie Rae se fijó bien en Erik. Él se veía como la mierda, lo cual era totalmente inusual para el niño bonito Erik. Y obviamente había estado llorando. Luego recordó que él había sido el compañero de habitación de Jack, y también había sido realmente dulce por defender a Jack cuando ese imbécil de Thor trató de fastidiarlo por ser gay. “Lo siento,” ella dijo, tocando el brazo de Erik. “Es solo que estoy molesta por todo esto, también. No tengo razones para ser una P contigo. Aquí, voy de nuevo.” Ella tomó una respiración y sonrió tristemente. “Damien está durmiendo ahora mismo, pero no está bien. Él va a necesitar amigos como tú cuando despierte. Gracias por preguntar y gracias por estar aquí para él.”

Erik asintió y apretó su mano brevemente. “Gracias a ti. Sé que no te gusto mucho, debido a las cosas que pasaron entre Zoey y yo, pero realmente soy amigo de Damien. Déjame saber si hay algo que pueda hacer para ayudar.” Erik hizo una pausa, mirando hacia arriba y abajo del vestíbulo, como para estar seguros de si estaban solos, y luego dio un paso más cerca hacia Stevie Rae y bajó su voz. “Neferet tuvo algo que ver con esto, ¿no?”

Los ojos de Stevie Rae se ampliaron en sorpresa. “¿Qué te hace decir eso?”

“Sé que ella no es lo que pretende ser. La he visto ser su verdadero yo, y no es bonito.”

“Sí, bueno, tienes razón. El verdadero yo de Neferet no es bonito. Pero al igual que yo, tú viste que ella estaba parada justo frente a nosotros cuando Jack murió.”

“Aún así, piensas que ella está detrás de esto.”

No era una pregunta, pero Stevie Rae asintió una respuesta silenciosa de sí.

“Lo sabía. Esta Casa de la Noche apesta. Tenía razón al decirle  a la Casa de la Noche de Los Ángeles.”

Stevie Rae sacudió su cabeza. “¿Así que es eso? ¿Eso es lo que haces cuando sabes que algo malo está pasando? Te escapas.”

“¿Qué puede hacer un vampiro en contra de Neferet? El Alto Concejo la reintegró; ellos están de su lado.”

“Un vampiro no puede hacer mucho. Un montón de nosotros unidos podemos.”

“¿Unos cuantos chicos y una vampiresa aquí y allá? ¿En contra de una poderosa Alta Sacerdotisa y el Alto Concejo? Esa es una locura.”

“No, lo que es una locura es hacerse a un a un lado y dejar que los tipos malos ganen.”

“Oye, tengo una vida esperando por mí—una buena, con una carrera de actuación de puta madre, fama, fortuna, todo esas cosas. ¿Cómo puedes culparme por no querer involucrarme en el lío de Neferet?”

“¿Sabes qué, Erik? Todo lo que voy a decirte es esto: El mal gana cuando las personas buenas no hacen nada,” Stevie Rae dijo.

“Bueno, técnicamente estoy haciendo algo. Me voy. Oye, ¿has pensado alguna vez en esto—que si todas las personas buenas se van y el mal se vuelve aburrido al jugar todo por sí solo y se va a casa, también?”

“Solía pensar que eras el chico más cool que jamás había conocido,” ella dijo tristemente.

Los ojos azules de Erik destellaron con humor y le lanzó su sonrisa de cien—vatios a ella. “¿Y ahora ya sabes que soy?”

“Nop. Ahora sé que eres un chico débil y egoísta que consiguió todo lo que jamás quiso solo por su apariencia. Y eso no es cool en absoluto.” Ella negó con la cabeza ante su mirada estupefacta y comenzó a alejarse. Sobre su hombro ella dijo de regreso, “Tal vez algún día encuentres algo que te importe lo suficiente como para defenderlo.”

“¡Sí!, ¡y tal vez algún día tú y Zoey entenderán que no es realmente su trabajo el salvar al mundo!” él gritó después de ella.

Stevie Rae no hizo más que mirarlo de regreso. Erik era una herramienta. La Casa de la Noche de Tulsa estaría mejor sin su débil trasero hundiéndolos. La marcha iba a ponerse realmente dura, y eso significaba: los resistentes necesitaban ponerse en marcha—y los mariquitas necesitaba irse. Al igual que John Wayne[2], era hora de congregar a las tropas. “Y, diablos no, no es extraño que mis tropas incluyan a un Cuervo Mocker,” Stevie Rae masculló para sí misma mientras salía corriendo hacia el estacionamiento y hacia el Escarabajo de Z. “No voy realmente a congregarlo. Simplemente voy a obtener información de él. Otra vez.” Decididamente, ella cerró su mente a lo que pasó entre ella y Rephaim la última vez que ellos se habían visto. “Solo necesitó información de él.”

“Eh, Stevie Rae, tú y yo vamos a—”

Sin hacer una pausa en su prisa por el coche, Stevie Rae levantó una mano y cortó a Kramisha. “Ahora no. No tengo tiempo.”

“Solo estoy diciendo que—”

“¡No!” Stevie Rae gritó su frustración hacia Kramisha, quien se detuvo y la miró. “Lo que sea que quieras decirme, puedes guardártelo. No me gusta sonar así, pero tengo cosas que hacer y tengo exactamente dos horas y cinco minutos hasta que el sol suba para hacerlas.” Entonces dejó a Kramisha parada en su polvo mientras ella trotaba los últimos pocos pies hacia el Escarabajo, lo encendió, lo puso en marcha, y prácticamente chirrió por el estacionamiento de estudiantes.

Le tomó exactamente siete minutos llegar a los terrenos del Gilcrease. Ella no llegó en coche hasta allí. La tormenta de hielo había sido limpiada y la entrada eléctrica estaba funcionando de nuevo, así que todo estaba herméticamente cerrado. Stevie Rae dejo el Escarabajo al lado de la carretera detrás de un árbol grande. Automáticamente encubriéndose con el poder que ella filtró de la tierra, fue directamente a la mansión desvencijada.

La puerta no era un problema. Nadie se había molestado en cerrarla aún. De hecho, como se abrió paso a través de la casa vieja y subió hasta el tejado, detectó que muy poco cambió desde la última vez que había estado allí.

“¿Rephaim?” Ella lo llamó. Su voz sonaba extraña y demasiado fuerte en la fría y vacía noche.

La puerta del armario donde él había hecho su nido estaba abierta, pero él no estaba encorvado adentro.

Salió al balcón del tejado. Ese, también, estaba vacío. El lugar completo estaba abandonado. Pero ella había sabido que él no estaba aquí desde que había dado un paso en los terrenos del museo. Si Rephaim hubiera estado aquí ella lo habría sentido, así como lo había sentido más temprano cuándo él había estado en la Casa de la Noche, observándola. Su Imprenta los conectaba—mientras estuviera allí, intacta, los vincularía.

“¿Rephaim, ahora dónde estás?” Ella le preguntó al cielo silencioso. Y entonces los pensamientos de Stevie Rae se desaceleraron y se reacomodaron a sí mismos, y ella tuvo la respuesta; la había tenido todo el tiempo. Todo lo que ella había tenido que hacer era poner su orgullo, su daño y su cólera fuera del camino y la respuesta estaba allí, esperando. Su Imprenta los conectaba—mientras estuviera allí, intacta, los vincularía. Ella no tenía que encontrarlo. Rephaim la encontraría.

Stevie Rae se sentó en medio del techo y encaró el norte. Ella tomó una profunda respiración larga y la dejó salir. Con su siguiente respiración se concentró en aspirar todos los aromas de la tierra que la rodeaba. Ella podía oler la humedad fría de las ramas desnudas por el invierno, la nitidez de la tierra congelada, la riqueza de la piedra arenisca de Oklahoma que cubría el terreno. Sacando la fuerza de la tierra con su respiración, Stevie Rae dijo, “Encuentra a Rephaim. Dile que venga a mí. Dile que le necesito.”

Luego ella soltó el poder de la tierra con su exhalación. Si sus ojos hubiesen estado abiertos, Stevie Rae habría visto la luz verde que sobrevolaba alrededor de ella. Ella también habría visto como se precipitaba por la noche para cumplir su orden, esta estaba oscurecida por un fulgor escarlata.


[1] Hace referencia al sonido que emitió el reloj.
[2] John Wayne: conocido popularmente como The Duke (El Duque), fue un actor estadounidense que comenzó su carrera en el cine mudo en la década de 1920. Su imagen ha quedado asociada, para muchos, con el género Western y con las películas de guerra.

1 comentario:

N dijo...

wiiii!! Erik se va! Podría montar una fiesta.