miércoles, 12 de enero de 2011

Caítulo siete de Awakened | PC Cast

Traducido por Dark patience Blogs:http://www.darkpatience.blogspot.com/
Rephaim
Traducido por Carlos


E
l momento antes de que su padre apareciera la consistencia del aire cambió.

Él había sabido que su Padre había regresado del Otro-mundo en el instante en que había ocurrido. ¿Cómo podría no haberlo sabido? Él había estado con Stevie Rae. Ella había sentido a Zoey volver completa otra vez al igual que el reconocimiento de su padre había llegado a él.

Stevie Rae… había pasado menos de dos semanas desde que había estado en su presencia, hablado con ella, y la había tocado, pero parecía que su tiempo juntos hubiera sido hace una eternidad.

Si Rephaim vivía por otro siglo él no olvidaría lo que había pasado entre ellos poco antes de que su Padre hubiera regresado a este reino. El chico humano en la fuente había sido él. No tenía sentido racional, pero eso no lo hacía más menos verdadero. Él había tocado a Stevie Rae e imaginado, por solo un latido del corazón como tiempo, lo que pudo haber sido.

Él la pudo haber amado.

Él la pudo haber protegido.

Él pudo haber escogido la Luz sobre la Oscuridad.

Pero lo que pudo haber sido, no era la realidad—no era así.

Él había nacido de odio y lujuria, de dolor y Oscuridad. Él era un monstruo. Ni humano. Ni inmortal. Ni bestia.

Monstruo.

Los monstruos no soñaban. Los monstruos no deseaban nada excepto sangre y destrucción. Los monstruos no–podían–conocer el amor o la felicidad: ellos no eran creados con esa habilidad.

Entonces, ¿Cómo era posible que él la extrañara?
¿Por qué de ese vacío terrible en su alma desde que Stevie Rae se había ido? ¿Por qué sólo se sentía parcialmente vivo sin ella?

¿Y por qué deseaba ser mejor, más fuerte, más sabio, y bueno, y verdaderamente bueno para ella?

¿Podía estar perdiendo la razón?

Rephaim anduvo de aquí para allá a través del balcón del tejado de la desierta mansión Gilcrease. Era pasada la medianoche y los terrenos del museo estaban quietos, pero desde que la limpieza después de la lluvia helada había comenzado en serio, el lugar se estaba volviendo más y más ocupado durante las horas diurnas.

Voy a tener que irme y encontrar otro lugar. Un lugar más seguro. Debería dejar Tulsa y crear una fortaleza en la selva de este país enorme. Él sabía que eso era lo que debía hacer, lo racional que debía hacer, pero algo lo obligaba a quedarse.

Rephaim se dijo a sí mismo que ahora solo debía esperar a su padre que había regresado a este reino, y que también regresaría a Tulsa, y él estaba esperándole allí mientras volvía—para darle un propósito y una dirección. Pero en los recovecos más profundos de su corazón él sabía la verdad. Él no quería dejar este lugar porque Stevie Rae estaba aquí, y aunque él no podía permitirse contactarla, ella aún estaba cerca, accesible, si sólo él se atreviera.

Entonces, en medio de su paseo y sus auto-recriminaciones, el aire alrededor de él se volvió pesado, grueso con un poder inmortal que Rephaim conocía tan bien como su nombre. Algo tiró fuertemente dentro de él, como si el poder que flotaba por la noche se hubiese unido a él mismo y lo estaba usando como un ancla para jalarse a sí mismo cada vez más cerca.

Rephaim se preparó a sí mismo, física y mentalmente, se concentró en la magia inmortal ilusoria, y voluntariamente aceptó la conexión, no teniendo en cuenta que esto era doloroso y agotador y lo llenaba con una ola sofocante de claustrofobia.

El cielo de la noche por encima de él se oscureció. El viento aumento, golpeando a Rephaim.

El Cuervo Mocker mantuvo su posición.

Cuando el magnificente alado inmortal, su padre, Kalona, Guerrero destronado por Nyx, bajó en picada desde los cielos y aterrizó ante él, Rephaim automáticamente se dejo caer de rodillas, inclinándose en lealtad.

“Fui sorprendido de sentir que permanecías aquí,” Kalona dijo sin darle a su hijo permiso para levantarse. “¿Por qué no me seguiste a Italia?”
Con la cabeza todavía inclinada, Rephaim contestó. “Estaba mortalmente herido. Apenas me he recuperado. Pensé que era sabio el esperarle aquí.”

“¿Herido? Sí, lo recuerdo. Un disparo y una caída desde el cielo. Te puedes levantar, Rephaim.”

“Gracias, Padre.” Rephaim se levantó y encaró a su padre, y luego estaba contento de que su cara no dejara traslucir emociones fácilmente. ¡Kalona lucia como si él hubiese estado enfermo! Su piel de bronce tenía un tinte amarillento. Sus inusuales ojos ámbar estaban ensombrecidos por círculos oscuros. Él incluso se veía delgado. “¿Está usted bien, Padre?”

“Por supuesto que estoy bien; ¡soy un inmortal!” el ser alado chasqueó. Luego suspiró y paso una mano fatigadamente a través de su cara. “Ella me sujetó dentro de la tierra. Ya estaba herido, y ser atrapado por ese elemento imposibilitó mi recuperación antes de mi liberación—y desde entonces ha sido lenta.”

“Así que Neferet lo entrampó.” Cuidadosamente, Rephaim mantuvo su tono neutral.

“Lo hizo, pero no hubiese sido aprisionado tan fácilmente si Zoey Redbird no hubiese atacado mi espíritu,” él dijo amargamente.

“Pero la novata vive,” Rephaim dijo.

“¡Ella vive!” Kalona rugió, alzándose sobre su hijo y causando que el Cuervo Mocker tropezara hacia atrás. Pero tan rápidamente como su furia explotó, esta desapareció, dejando que el inmortal pareciera cansado otra vez. Él soltó una larga inhalación, y en una voz más razonable repitió, “Sí, Zoey vive, aunque creo que ella será cambiada para siempre por su experiencia en el Otro-mundo.” Kalona se quedó mirando hacia la noche. “Todos los que pasan tiempo en el reino de Nyx son cambiados por eso.”

“Entonces, ¿Nyx le permitió entrar al Otro-mundo?” Rephaim no podía abstenerse de preguntar. Él se preparó para la reprimenda de su padre, pero cuando Kalona habló, su voz fue sorprendentemente introspectiva, casi suave.

“Así es. Y la vi. Una vez. Brevemente. Fue por la intervención de la Diosa que los-malditos-dioses dejaron que Stark todavía esté respirando y caminando por la tierra.”

“¿Stark siguió a Zoey al Otro-mundo, y él vive?”

“Él vive, aunque no debería.” Mientras Kalona hablaba él distraídamente frotaba una mancha en su pecho, sobre su corazón. “Sospecho que esos toros entrometidos tienen algo que ver con su supervivencia.”

“¿Los toros negro y blanco? ¿La Oscuridad y la Luz?” Rephaim saboreó la bilis de miedo detrás de su garganta mientras recordaba el pelaje resbaladizo y extraño del toro blanco, el interminable mal en sus ojos, y el ardiente dolor que la criatura blanca le había causado.

“¿Qué es?” La perceptiva mirada de Kalona atravesó a su hijo. “¿Por qué luces así?”

“Se manifestaron aquí, en Tulsa, justo hace una semana.”

“¿Qué los trajo aquí?”

Rephaim vaciló, su corazón golpeando dolorosamente en su pecho. ¿Qué podía aceptar él? ¿Qué podía decirle?

“¡Rephaim, habla!”

“Fue la Roja, la joven Alta Sacerdotisa. Ella invocó la presencia de los toros. Fue el toro blanco quien le dio el conocimiento que ayudó a Stark a encontrar el camino hacia el Otro-mundo.”

“¿Cómo sabes esto?” La voz de Kalona era como la muerte.

“Presencié parte de la invocación. Estaba tan mal herido que no creí que me recuperaría, que jamás volaría otra vez. Cuando el toro blanco se manifestó, me fortaleció y me atrajo hacia su círculo. Ahí fue donde observé a la Roja obteniendo su información de ello.”

“¿Estabas curado, pero no capturaste a la Roja? ¿No la detuviste antes de que ella pudiera regresar a la Casa de la Noche y ayudara a Stark?”

“No la pude detener. El toro negro se manifestó y la Luz desterró a la Oscuridad, protegiendo a la Roja,” él dijo honestamente. “He estado aquí desde entonces, recobrando mi fuerza y, cuando sentí que habías regresado a este reino, he estado esperándote.”

Kalona clavó los ojos en su hijo. Rephaim sostuvo su mirada firmemente.

Kalona asintió lentamente. “Es bueno que me esperaras aquí. Hay mucho que queda por hacer en Tulsa. Esta Casa de la Noche pronto pertenecerá a la Tsi Sgili.”

“¿Neferet ha regresado, también? ¿No la retuvo el Alto Consejo?”

Kalona se rió. “El Alto Consejo está hecho de tontos ingenuos. La Tsi Sgili me culpó por los acontecimientos recientes, y me ha castigado públicamente azotándome y luego desterrándome de su lado. El Consejo ha sido apaciguado.”

Conmocionado, Rephaim negó con la cabeza. El tono de su padre era ligero, casi humorístico, pero su mirada era negra—su cuerpo estaba debilitado y herido. “Padre, no entiendo. ¿Azotado? Usted le permitió a Neferet—”

Con velocidad inmortal, la mano de Kalona estaba repentinamente alrededor de la garganta de su hijo. El enorme Cuervo Mocker fue levantado del suelo como si pesara no más que una de sus delgadas plumas negras.

“No cometas el error de creer que porque he sido herido también me he debilitado.”

“No haría eso.” La voz de Rephaim era pequeña más que un siseo ahogado.

Sus caras estaban muy juntas. Los ojos ámbar de Kalona resplandecieron con acaloramiento enojado.

“Padre,” Rephaim jadeó. “No le quise faltar el respeto.”

Kalona lo dejó caer, y su hijo se encogió en sus pies. El inmortal levantó su cabeza y extendió sus brazos como si se enfrentara a los cielos. “¡Ella todavía me retiene!” él gritó.

Rephaim aspiró aire y se restregó su garganta, luego las palabras de su padre penetraron la confusión de su mente y él lo miró. La cara del inmortal estaba retorcida como en agonía—sus ojos estaban angustiados. Rephaim lentamente se puso de pie, y se acercó a él cuidadosamente. “¿Qué ha hecho ella?”

Los brazos de Kalona cayeron a sus lados, pero su cara permaneció descubierta hacia el cielo. “Le di mi juramento a ella de que destruiría a Zoey Redbird. La novata vive. Rompí mi juramento.”

La sangre de Rephaim se sentía fría. “El rompimiento del juramento llevaba una castigo.”

Él no le expresó como una pregunta, pero Kalona asintió. “Sí.”

“¿Qué es lo que le debe a Neferet?”

“Ella mantiene dominio sobre mi espíritu mientras yo sea inmortal.”

“¡Por todos los dioses y las diosas, entonces ambos estamos perdidos!” Rephaim no pudo evitar que las palabras escaparan.

Kalona se volvió y su hijo vio que una chispa astuta había reemplazado la furia en sus ojos. “Neferet ha sido inmortal por menos que un soplo de tiempo en este mundo. Yo he sido así por incontables eónes. Si hay una lección que he aprendido durante varios años, es que no hay nada que sea irrompible. Nada. Ni el corazón más firme, ni el alma más pura—ni siquiera la mayor atadura de los juramentos.”
“¿Sabe cómo romper su dominio sobre usted?”

“No, pero sé que si le doy lo que ella más desea, estará distraída mientras descubro cómo romper el juramento que le hice.”

“Padre,” Rephaim dijo con vacilación, “siempre hay consecuencias para el rompimiento de un juramento. ¿No obtendrá simplemente otro si rompe este segundo juramento?”

“No puedo pensar en una consecuencia a la que gustosamente no pagaría por librarme de la dominación de Neferet.”

La fría ira mortífera en la voz de Kalona causó que la garganta de Rephaim se volviera seca. Él sabía que cuándo su padre se ponía así, lo único que podía hacer era estar de acuerdo con él, ayudarlo en todo lo que buscara, montar la tormenta silenciosamente, sin pensar, al lado de Kalona. Él estaba acostumbrado a las emociones volátiles de Kalona.

A lo que Rephaim no estaba acostumbrado era a sentirse resentido con estas.

Rephaim podía sentir la mirada inmortal estudiándolo. El Cuervo Mocker aclaró su garganta y dijo lo que él sabía que su padre esperaba oír. “¿Qué es lo que más desea Neferet y cómo hacemos para dárselo?”

La expresión de Kalona se relajó un poco. “Lo que más desea la Tsi Sgili es desatar su poder sobre los humanos. Se lo damos a ella ayudándole a empezar una guerra entre vampiros y humanos. Ella pretende usar la guerra como una excusa para la destrucción del Alto Consejo. Con ellos fuera, la sociedad vampírica estará en desorden y Neferet, usando el título de Nyx Encarnada, dominará.”

“Pero los vampiros se han vuelto demasiado racionales, demasiado civilizados, para contender contra los humanos. Creo que se retirarían de la sociedad antes de que peleasen.”

“Bastante cierto para la mayoría de vampiros, pero estás olvidando la raza nueva de sanguijuelas que la Tsi Sgili creó. No parecen tener los mismos escrúpulos.”

“Los novatos rojos,” Rephaim dijo.

“Ah, pero no todos son novatos, ¿cierto? Escuche que otro de los chicos ha Cambiado. Y luego está la nueva Alta Sacerdotisa, la Roja. No estoy tan seguro de que ella esté tan dedicada a la Luz como lo está su amiga Zoey.”

Rephaim sintió como si un puño gigante se cerrara alrededor de su corazón. “La Roja evocó al toro negro—la manifestación de la Luz. No creo que ella puede ser persuadida del camino de la Diosa.”

“Dijiste que ella también conjuró al toro de la Oscuridad, ¿no?”

“Lo dije, pero de lo que observé ella no invocó a la Oscuridad intencionalmente.”

Kalona se rió. “Neferet me ha dicho que Stevie Rae era realmente diferente cuando por primera vez fue resucitada. ¡LA Roja se deleitaba en la Oscuridad!”

“Y luego ella Cambió, como Stark. Ambos están comprometidos a Nyx ahora.”

“No, a lo que Stark está comprometido es a Zoey Redbird. No creo que la Roja haya formado algún vínculo.”

Cuidadosamente, Rephaim se quedó callado.

“Mientras más reflexiono sobre ello, más me gusta la idea. Neferet gana poder si usamos a la Roja, y Zoey pierde alguien cercano a ella. Sí, eso me agrada. Muchísimo.”

Rephaim trataba de examinar rápidamente la mezcla de pánico, temor y caos en su mente y conjurar una respuesta que pudiera distraer a Kalona de su persecución de Stevie Rae cuando el aire alrededor de ellos ondeó y cambió. Las sombras dentro de las sombras parecían estremecerse breve pero extáticamente. Sus ojos inquisitivos fueron desde la Oscuridad acechando en las esquinas del tejado, hacia su padre.

Kalona asintió y sonrió forzadamente. “La Tsi Sgili ha pagado su deuda a la Oscuridad; ella ha sacrificado la vida de un inocente que no pudo ser manchado.”

La sangre de Rephaim golpeó en sus orejas, y para un instante que él estaba salvaje e increíblemente asustado por Stevie Rae. Y luego él se percató: No, no podía ser Stevie Rae a la que Neferet ha sacrificado. Stevie Rae ha sido manchada por la Oscuridad. Por ahora, de esta amenaza, ella está a salvo.

“¿Quién es el que Neferet ha matado?” Rephaim estaba tan distraído por el alivio, que dijo las palabras sin pensar.

“¿Qué diferencia puede hacerte saber a quién la Tsi Sgili ha sacrificado?”

La mente de Rephaim se reenfocó en el aquí y ahora velozmente. “Simplemente soy curioso.”

“Siento un cambio en ti, hijo mío.”

Rephaim encontró la mirada fija de su padre firmemente. “Estuve cerca de la muerte, Padre. Fue una experiencia aleccionadora. Usted debe recordar que sólo comparto una parte de su inmortalidad. El resto de mi es humano y, por consiguiente, mortal.”

Kalona asintió brevemente en aceptación. “Me olvidaba que estás debilitado por la humanidad dentro de ti.”

“Mortalidad, no humanidad. Yo no soy humano,” él dijo amargamente.

Kalona lo estudió. “¿Cómo lograste sobrevivir a tus heridas?”

Rephaim apartó la mirada de su padre y contestó tan verdaderamente posible. “No estoy completamente seguro cómo o incluso el por qué sobreviví.”Nunca entenderé por qué Stevie Rae me salvó, su mente agregó silenciosamente. “Mucho de ese tiempo se quedo como un borrón para mí.”

“El cómo no es lo importante. El por qué es obvio—tú sobreviviste para servirme, como lo has hecho toda tu vida.”

“Sí, Padre,” él dijo automáticamente. Luego, para encubrir la desesperación que incluso él podía oír en su voz, agregó, “Y al servirle le debo decir que usted y yo no podemos permanecer aquí.”

Kalona levantó su ceja inquisitivamente. “¿Qué es lo que estás diciendo?”
“Este lugar,” barrió su brazo alrededor de ellos para señalar el terreno del Gilcrease. “Hay demasiados humanos presentes desde que el hielo se ha ido. No podemos quedarnos aquí.” Rephaim soltó un aliento profundo y continuó. “Quizá sería más sabio para usted y para mí dejar Tulsa por un tiempo.”

“Por supuesto que no podemos dejar Tulsa. Ya te he explicado que debo distraer a la Tsi Sgili para que yo pueda librarme de su esclavitud. Eso es mejor hacerlo aquí, usando a la Roja y a sus novatos. Pero tienes razón al notar que este lugar no es adecuado para nosotros.”

“Entonces, ¿no nos tocaría dejar la ciudad hasta que podamos descubrir un mejor sitio?”

 “¿Por qué continúas con esta insistencia de que nos vamos de aquí cuando te he dejado en claro que debemos quedarnos?”

Rephaim soltó un aliento profundo y sólo dijo, “me cansé de la ciudad.”

“¡Entonces saca las reservas de fuerza que tienes dentro de ti como legado de mi sangre!” Kalona ordenó, claramente molesto. “Nos quedamos en Tulsa durante el tiempo que sea necesario para lograr mi objetivo. Neferet ya ha considerado dónde debería quedarme. Ella exige que esté cerca, pero ella sabe que no debo ser visto, al menos no de inmediato.” Kalona hizo una pausa, haciendo una mueca de obvia ira al estar completamente controlado por la Tsi Sgili. “Nos moveremos, esta noche, hacia el edificio que Neferet ha adquirido. Pronto empezaremos a cazar a los novatos rojos, y su Alta Sacerdotisa.” La mirada de Kalona pasó a las alas de su hijo. “Puedes volar otra vez, ¿no?”

“Puedo, Padre.”

“Entonces, basta de esta conversación inútil. Vayamos hacia el cielo y empecemos a elevarnos hacia nuestro futuro, y nuestra libertad.”

El inmortal desplegó sus alas macizas y saltó desde el techo del desierto Gilcrease Manor. Rephaim vaciló, tratando de pensar, de respirar, de entender lo que iba a hacer. Desde la esquina del tejado una imagen parpadeó y el pequeño espíritu rubio que lo había estado inquietando desde que él había llegado, roto y sangrando, se manifestó.

“No puedes dejar que tu padre la lastime. Lo sabes, ¿cierto?

“Por última vez, esfúmate, aparición,” Rephaim dijo mientras desplegaba sus alas y se preparaba para seguir a su padre.

“Tienes que ayudar a Stevie Rae.”

Rephaim se volvió hacia ella. “¿Por qué tengo que hacerlo? Soy un monstruo—ella no puede ser nada para mí.”

La chica sonrió. “Demasiado tarde, ella ya significa algo para ti. Además hay otra razón que tienes para ayudarla.

“¿Por qué?” Rephaim preguntó con cansancio.

“Porque no eres del todo un monstruo. Tienes una parte de muchacho y eso significa que algún día morirás. Y cuando mueres, hay una sola cosa que llevas contigo para siempre.

“¿Y qué es eso?”

Su sonrisa era radiante. “¡El amor, tonto! Te puedes llevar el amor contigo.Como ves, tienes que salvarla o lo lamentarás por siempre y para siempre.

Rephaim se quedó mirando a la chica. “Gracias,” dijo suavemente poco antes de que saltara a la oscuridad.

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