lunes, 17 de enero de 2011

Capítulo 12 de Awakened | PC & Kristin Cast

Traducido por Dark patience Blogs:http://www.darkpatience.blogspot.com/
Rephaim
Traducido por Sofys


E
l cuervo Mocker se dejo caer desde el tejado del siglo diecisiete del edificio Mayo. Con las alas extendidasse elevó sobre el centro de laciudadsu plumaje oscuro haciéndolo casi invisible.


Como si los humanos levantaran la vista alguna vez—pobres, criaturas terrestres. Curioso que a pesar de que Stevie Rae estabaatada a la tierra, nunca pensó en ella como uno del resto de los sin-alas,patética horda.
Stevie Rae… Su vuelo tambaleó. Su velocidad disminuyó. No. No pensar enella ahora. Tengo que ir muy lejos primero y tener la certeza de que mispensamientos son míos. Mi Padre no debe adivinar que algo anda mal. Y Neferetnunca, jamás deberá saber.
Rephaim cerro su mente a todo excepto al cielo nocturno y deliberadamentehizo un círculo largo y lentamente, asegurándose a si mismo que Kalona no había cambiado de opinión y desafió a Neferet a unirse a él. Cuando supo que la nocheera para sí mismo, se posiciono de modo que se dirigía hacia el noreste en una trayectoria de vuelo que lo llevaría primero al viejo almacén de Tulsa y luego a Will Rogers High School y al lugar de la supuesta violencia de pandillas que habíaazotado recientemente esa parte de la ciudad. Estaba de acuerdo con Neferetque la causa de los ataques eran probablemente los renegados novatos rojos.
Eso era todo con lo que estaba de acuerdo con Neferet, sin embargo.

Rephaim voló silenciosa y rápidamente al edificio del depósito abandonado. Dando vueltas, él usó su aguda visión para buscar incluso un soplo de movimientoque pudiera traicionar la presencia de cualquier vampiro o novato, rojo o azul.Estudió el edificio con una extraña mezcla de expectación y reticencia. ¿Quéharía si Stevie Rae había vuelto y reclamado el sótano y la serie de túneleslaberinticos por debajo para sus novatos?
¿Sería capaz de permanecer en silencio e invisible en el cielo nocturno, o dejaría que ella le reconociera?
Antes de que pudiera formular una respuesta una verdad vino a él: no tendríaque tomar esa decisión. Stevie Rae no estaba allí en el almacén. Él sabría siestaba cerca. El conocimiento se apoderó de él como una mortaja, y con unalarga exhalación Rephaim bajó al techo del depósito.
Finalmente, completamente solo, se dejó pensar en la terrible avalancha de acontecimientos que habían comenzado ese día. Rephaim dobló sus alas con fuerza a la espalda y paseó de un lado al otro.

La Tsi Sgili había tejido una red de destino que podría desentrañar el mundode Rephaim. Su Padre iba a utilizar a Stevie Rae en su guerra con Neferet por el dominio de su espíritu. Mi Padre utilizaría a cualquier persona para ganar esa guerra.
Un momento después de que Rephaim tuvo ese pensamiento, lo rechazó, actuando automáticamente como lo había hecho antes de que Stevie Rae entrara a su vida.
“¿Entrar en mi vida?” Rephaim se rió sin gracia. “Es más como si ella hubiese entrado en mi alma y mi cuerpo.” Hizo una pausa en su caminar, recordando cómo era tener el hermoso, limpio poder de la tierra corriendo por su interior y sanándolo. Negó con la cabeza. “No para mí”, dijo a la noche. “Mi lugar no estácon ella, es imposible. Mi lugar es como siempre lo ha sido, con mi padre en laOscuridad.”
Rephaim miró su mano, apoyada en el borde oxidado de una rejilla de metal.No era hombre o vampiro, inmortal o humano. Era un monstruo. Pero, ¿significaba eso que podía mirar sin hacer nada como Stevie Rae era utilizada porsu padre y abusada por La Tsi Sgili? O peor, ¿podría tomar parte en su captura?
Ella no me va a traicionar. Incluso si yo la capturo, Stevie Rae notraicionaría nuestra conexión.


Todavía mirando hacia su mano, Rephaim se dio cuenta dónde era que estaba, en qué rejilla estaba descansando su mano, y se echó hacia atrás. Fueaquí donde los rufianes novatos rojo los habían atrapado—aquí, donde Stevie Raecasi pierde su vida—y aquí había sido herida tan mortalmente que le había permitido beber de él…Imprimar con él…


“Por todos los dioses, ¡si tan sólo pudiera volver atrás!”, gritó al cielo. Las palabras resonaron en torno a él, repitiéndose, burlándose. Sus hombros cayeron ysu cabeza se inclino mientras su mano alisaba la áspera superficie de la reja de hierro. “¿Qué se supone que debo hacer?” Rephaim susurró la pregunta.
No hubo respuesta, pero él no esperaba una. En su lugar, retiró su toque del implacable hierro y se recogió a sí mismo. “Haré lo que he hecho siempre. Voy aseguir las órdenes de mi padre. Si puedo hacer eso y, al menos por una pequeña medida, proteger a Stevie Rae, que así sea. Si no puedo protegerla, entonces que así sea. Mi camino fue elegido en mi concepción. No puedo desviarme ahora”.Sus palabras sonaron tan frías como la noche de enero, pero su corazón se sentía caliente, como si lo que había dicho hiciera hervir la sangre en el centro de sucuerpo.
Sin dudarlo más, Rephaim saltó desde el techo del depósito y siguió su ruta al este, volando las cortas millas del centro hacia Will Rogers High School. Eragrande y rectangular y hecho de ladrillos de color claro que se veían como la arena bajo la luna. Él se centró en la parte más central de la estructura, la primera de dos largas, tallada torres cuadradas elevadas de la misma. Ahí fue dondeaterrizó. Ese fue también el lugar donde inmediatamente asumió cuclillasdefensivas.
Podía olerlos. El aroma de los novatos renegados estaba en todas partes.Moviéndose sigilosamente, Rephaim se colocó para poder mirar abajo al frente a la escuela. Vio algunos árboles, grandes y pequeños, una gran extensión decésped, y nada más.
Rephaim esperó. No pasó mucho tiempo. Sabía que no lo sería. El amanecer estaba demasiado cerca. Así que esperaba ver a los novatos—él no había esperado verlos caminar con valentía hasta la puerta principal de la escuela, apestando asangre fresca y dirigidos por el recién cambiado Dallas. Nicole estaba pegada a él. Aquel enorme, lerdo Kurtis obviamente pensó que era una especie deguardaespaldas, porque mientras Dallas apretaba la mano contra una de las puertas de acero de color óxido, el novato de gran tamaño se situó en el borde de los escalones de concreto mirando hacia fuera y con un arma como si pensara que sabía qué hacer con ella
Rephaim sacudió la cabeza con disgusto. Kurtis no levantó la vista. Ninguno delos novatos, o incluso de Dallas, levantó la vista. Ya no era la rota criatura quehabían capturado y utilizado, no tenían idea de lo patéticamente vulnerables queeran a su ataque.

Pero Rephaim no atacó. Esperó y observó.
Se oyó un chisporroteo y Nicole se adhirió brevemente contra Dallas. “Oh, si bebé, ¡trabaja tu magia!” Su voz se levantó en la noche mientras Dallas se echaba a reír y tiraba de la ya no bloqueada o alarmada puerta abierta. “Vamos” le dijo Dallas a Nicole, sonando mayor y más duro de lo que Rephaim recordaba. “El amanecer esta cerca y hay algo de lo que tienes que ocuparte antes de que salga el sol". Nicole frotó su mano en la parte delantera de los pantalones de él, mientras que el resto de los novatos rojos rieron. “Entonces vamos abajo a lostúneles del sótano para que pueda ponerme en ello”. Ella llevó a los novatos al interior de la escuela. Dallas esperó afuera hasta que todos estuvieron dentro, a continuación, los siguió, cerrando la puerta. En otro momento, Rephaim escuchó un chisporroteo como antes y luego, todo estaba tranquilo. Y cuando, al momento siguiente, el guardia de seguridad pasó perezosamente, todo estaba todavía tranquilo.

Él, tampoco, levantó la vista para ver al enorme Cuervo Mocker agachado en la parte superior de la torre de la escuela. Cuando el guardia se alejó Rephaimsaltó en la noche, su mente zumbando a ritmo con el batir de sus alas.
Dallas estaba liderando a los novatos rojos.
El controlaba la magia moderna de este mundo y de alguna manera le permitíael acceso a los edificios. Will Rogers High School era donde estaban haciendo su nido.
A Stevie Rae le gustaría saber eso. Ella necesitaría saberlo. Todavía se sentíaresponsable de ellos, a pesar de que habían intentado matarla. Y Dallas, ¿Qué es lo que ella, aun, sentía por él?
Sólo de pensar en verla en los brazos de Dallas lo hizo enojar. Pero ella lohabía elegido a él sobre Dallas. Clara y completamente.
No es que eso hiciera una diferencia ahora.
Fue entonces cuando se dio cuenta Rephaim que la dirección en que él habíaestado volando estaba demasiado al sur para llevarlo de vuelta al centro de Mayo.En su lugar, se deslizaba sobre el centro de Tulsa, pasando por la sombría Abadíade las monjas benedictinas, sobre la Plaza Utica, y silenciosamente acercándose a la pared de piedra protegida del campus. Su vuelo se tambaleó.
Los vampiros mirarían arriba.
Rephaim bateó contra el aire de la noche, levantándose arriba y arriba. Entonces, demasiado alto para ser visto fácilmente, bordeó el campus, andandosin hacer ruido fuera de la pared oriental en un charco de sombra entre las farolas. Desde allí se trasladó de sombra en sombra, usando la oscuridad de susplumas para mezclarse con la noche.
Oyó el aullido espeluznante antes de llegar a la pared. Era un sonido tan llenode desesperación y angustia que incluso le cortó hasta el hueso. ¡¿Qué estaba haciendo ese terrible aullido?!
Sabía la respuesta casi tan rápidamente como había formulado el pensamiento. Un perro. El perro de Stark. Durante uno de sus momentos deplatica sin parar, Stevie Rae le había dicho que uno de sus amigos, un chicollamado Jack, había tomando más o menos la propiedad del perro de Stark cuandose había convertido en un novato rojo, y lo cercanos que el muchacho y el perrose habían vuelto, y que eso, era algo bueno para los dos, o al menos eso pensabaella, ya que el perro era muy inteligente y Jack tan dulce.
Mientras recordaba las palabras de Stevie Rae, todo se deslizó en su lugar. Enel momento en que llegó a los límites de la escuela y escuchó el llanto queacompañó al terrible aullido, Rephaim sabía lo que iba a ver cuando con cuidadoy silenciosamente escaló la pared y miró hacia abajo en la escena de devastacióndelante de él.
Miró. No pudo detenerse a si mismo. Quería ver a Stevie Rae—sólo verla.Después de todo, no podía hacer otra cosa que mirar—Rephaim definitivamenteno podía permitir que ninguno de los vampiros lo vieran.

Había estado en lo correcto; el inocente cuya sangre había cumplido con la deuda de Neferet a la Oscuridad había sido Jack, el amigo de Stevie Rae.
Bajo el árbol roto por el que Kalona había escapado de su cárcel de tierra, unmuchacho se arrodillaba, sollozando “¡Jack!” una y otra vez al lado de un perroaullando en medio de la hierba manchada de sangre. El cuerpo no estaba allí,pero la mancha de sangre si. Rephaim se preguntó si alguien más sería capaz dedetectar el hecho de que había mucha menos sangre de lo que debería habersido. La Oscuridad se había alimentado profundamente del regalo de Neferet.
Al lado del lloroso muchacho, el Maestro de Espadas de la escuela, DragónLankford, permanecía en silencio, con la mano en el hombro. Los tres estaban solos. Stevie Rae no estaba allí. Rephaim estaba tratando de convencerse a sí mismo que era lo mejor. Realmente era una buena cosa que ella no estuvieseallí—tal vez era mejor no verla—pensó, pero entonces una ola de sentimientos se estrelló contra él: tristeza, preocupación y sobre todo dolor, entre ellos.Entonces, con los brazos llenos con un gato grande del color del trigo, Stevie Raese precipitó hasta el trío de luto. Fue tan bueno verla que Rephaim casi se olvidó de respirar.
“Duquesa, tienes que parar con eso ahora”. Su voz estaba claramenteacentuada se apoderó de él como una lluvia de primavera en el desierto. La vioagacharse junto al gran perro, depositando el gato entre sus piernas. El felino al instante comenzó a frotarse contra el perro, como si estuviera tratando de borrarsu dolor. Rephaim parpadeó sorprendido cuando el perro realmente se calmó ycomenzó a lamer al gato. “Eres una buena chica. Deja a Cameron ayudarte”.Stevie Rae miró al Maestro de Espadas. Rephaim le vio asentir de manera casi imperceptible. Volvió su atención al sollozante muchacho. Excavando en el bolsillo de sus jeans, sacó un fajo de pañuelos, y se lo entregó a él. “Damien,cariño, tienes que parar esto ahora, también. Vas a hacerte enfermar”.
Damien tomó el pañuelo y se secó rápidamente a través del rostro. Con unavoz temblorosa, dijo, “No m-me importa”.
Stevie Rae le tocó la mejilla. “Sé que no, pero tu gato te necesita, y lo mismo ocurre con Duquesa. Además, cariño, Jack realmente se disgustaría si te hubiese visto así”.

“Jack nunca me verá otra vez”. Damien había dejado de llorar, pero su vozsonaba terrible. A Rephaim le parecía que podía oír como se rompía el corazóndentro del chico.
Damien la miró con los ojos embrujados. "No puedo pensar ahora mismo,Stevie Rae. Todo lo que puedo hacer es sentir."
"Algo de la tristeza pasará", dijo Dragón con una voz que sonaba con el corazón roto como el de Damien. "Suficiente para que puedas pensar de nuevo."
"Eso es correcto. Escucha a Dragón. Cuando puedas pensar de nuevo, podrás encontrar una hebra de la Diosa dentro de ti. Sigue esa hebra. Recuerda que hayOtro Mundo que todos podemos compartir. Jack está allí ahora. Algún día lo volverás a ver allí."
Damien miró de Stevie Rae al Maestro de Espadas. "¿Has sido capaz de hacer eso? ¿Te hace el haber perdido a Anastasia más fácil?”
"Nada hace que su pérdida sea más fácil. En este momento todavía estoybuscando la hebra de nuestra Diosa."
Rephaim sintió una sacudida terriblemente enferma en su interior cuando se dio cuenta que había causado el dolor que el Maestro de Espadas estaba sintiendo.Había matado a la profesora de hechizos y rituales, Anastasia Lankford. Ella habíasido compañera de Dragón. Lo había hecho con tanta frialdad, con una faltaabsoluta de cualquier sentimiento excepto, quizás, el fastidio por haber sidodetenido por el poco tiempo que le había llevado dominarla y destruirla.
La maté sin pensar en nada ni nadie, excepto mi necesidad de seguir a miPadre, de hacer su mandato. Soy un monstruo.
Rephaim no podía dejar de mirar al Maestro de Espadas. Llevaba su dolorcomo un manto a su alrededor. Podía casi, literalmente, ver el agujero vacío quehabía dejado la ausencia de su compañera en su vida. Y Rephaim, por primera vez en su centenaria y larga vida, sintió remordimiento por sus acciones.
No creía que hubiese hecho ningún ruido, ningún movimiento, pero supo cuando la mirada de Stevie Rae lo encontró. Lentamente, miró de Dragón hacia elvampiro con el que estaba impreso. Sus ojos se encontraron, sus miradas se trabaron. Sus emociones le envolvieron como si las hubiera dirigido a propósitohacia él. En primer lugar, sintió su sorpresa al verlo. Esto lo dejó sonrojado y casiavergonzado. Entonces sintió tristeza—profunda, irregular y dolorosa. Trató demandar su propio dolor a ella, esperando que de alguna forma fuera capaz deentender lo mucho que la echaba de menos y cuánto lo sentía por tener parte alguna en el dolor que estaba experimentando. La ira le golpeó entonces con una fuerza tal que Rephaim estuvo a punto de perder su control sobre la pared depiedra. Él negó con la cabeza una y otra vez, una y otra vez, no estando seguro de si eso era en negación a su ira, o debido a ella.
"Quiero que tú y Duquesa vengan conmigo, Damien. Ustedes necesitan irse deeste lugar. Cosas malas han sucedido aquí. Cosas malas están al acecho aún por aquí. Puedo sentirlo. Vamos. Ahora." Ella habló hacia el arrodillado chico, pero sumirada nunca dejó la de Rephaim.
La respuesta del Maestro de Espadas fue rápida. Sus ojos recorrieron la zonay Rephaim se congeló, dejando que las sombras y la noche lo encubrieran.
"¿Qué es? ¿Qué esta ahí?" preguntó Dragón.

"Oscuridad". Stevie Rae continuaba mirándolo a él cuando dijo esa sola palabra, como si estuviera lanzando una daga en su corazón. "Corrupta,irredimible Oscuridad." Luego volvió la espalda con desdén. "Mi instinto dice que no es nada digno contra lo que debas de levantar tu espada, pero vamos a salir de aquí igual."
“De acuerdo”, dijo Dragón, aunque Rephaim oyó la reticencia en su voz.
Él será una fuerza a tener en cuenta en el futuro, Rephaim reconoció para sí mismo. Y ¿qué sobre Stevie Rae? Su Stevie Rae. ¿Qué iba a ser ella? ¿Podríarealmente odiarme? ¿Podría rechazarme por completo? Él se cernió a través delos sentimientos de ella mientras la veía tomar la mano de Damien y le ayudaba a ponerse sobre sus pies, y luego lo conducía, con el perro, el gato y a Dragon lejoshacia los dormitorios. Ciertamente, él sintió su ira y su dolor, y él comprendíaesos sentimientos. ¿Pero el odio? ¿Realmente ella lo odiaba? No sabía a ciencia cierta, pero Rephaim creía, profundo en su corazón, que merecía su odio. No, élno había matado a Jack, pero era un aliado de las fuerzas que lo habían hecho.

Soy hijo de mi padre. Es todo lo que sé ser. Es mi única opción.

Después de que Stevie Rae se hubiese ido Rephaim se subió a la cima de la pared. Tomó impulso y saltó hacia el cielo. Batiendo sus enormes alas contra la noche, dio círculos alrededor del campus y se dirigió a la azotea del edificio de Mayo.
Me merezco su odio... Me merezco su odio... Me merezco su odio...
La letanía golpeaba a través de su mente en sintonía con los golpes de sus alas. Su propia desesperación y pesar se unió con el eco de la tristeza y la ira de Stevie Rae. La humedad del frío cielo nocturno se mezcló con sus lágrimas cuandola cara de Rephaim fue bañada por la luz de la luna y su pérdida.

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